El presidente Rodrigo Paz anunció este miércoles el cierre del Ministerio de Justicia, calificando a la cartera como un instrumento que permitió prácticas de persecución política e injerencia en el sistema judicial.
“El Ministerio de Justicia ha muerto”, afirmó en conferencia de prensa, y aseguró que la medida busca garantizar una justicia independiente y fortalecer la democracia en Bolivia.
Según el mandatario, una justicia debilitada afecta la confianza ciudadana y la estabilidad institucional. “No habrá más persecución política”, subrayó, en un mensaje dirigido tanto a la ciudadanía como a los operadores judiciales. Paz explicó que la decisión se enmarca dentro de un plan de reforma estructural del sistema judicial, que incluirá la digitalización de procesos, la creación de un sistema nacional de expedientes y la colaboración de todas las instituciones del Estado para garantizar transparencia y eficiencia.
La medida, que retoma una de sus promesas de campaña, busca responder a las críticas sobre la politización de la justicia y enviar un mensaje claro de que la independencia judicial será prioridad en su gobierno.
Analistas coinciden en que, aunque la decisión tiene un fuerte valor simbólico, la implementación de reformas estructurales será el verdadero desafío, ya que requiere coordinación interinstitucional, recursos y mecanismos que aseguren que la justicia deje de estar sujeta a intereses políticos.
