Desde el año 2000, Perú ha atravesado un período de intensa inestabilidad política, reflejada en la sucesión de presidentes que, en su mayoría, han enfrentado acusaciones judiciales, crisis sociales o salidas abruptas del poder.
Alberto Fujimori, quien gobernó durante la década de los 90 y hasta el 2000, dejó el cargo tras un escándalo de corrupción y violaciones a los derechos humanos. Luego, Valentín Paniagua lideró un gobierno de transición que no enfrentó procesos judiciales, preparando el camino para elecciones libres.
A lo largo de los años siguientes, varios presidentes enfrentaron procesos por corrupción, entre ellos Alejandro Toledo y Alan García, cuyo segundo mandato terminó con su fallecimiento en medio de una investigación. Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra también tuvieron que lidiar con escándalos y denuncias, que en algunos casos llevaron a su detención o renuncia.
En 2020, la presidencia de Manuel Merino duró menos de una semana debido a masivas protestas sociales, seguida por el gobierno interino de Francisco Sagasti durante la pandemia.
Pedro Castillo, electo en 2021, fue destituido y detenido tras un intento fallido de disolver el Congreso. En diciembre de 2022, Dina Boluarte asumió como la primera mujer en la presidencia del país, enfrentando una profunda crisis social y protestas que culminaron con su destitución en octubre de 2025, cuando el Congreso decidió removerla por la situación de inseguridad creciente.
Este ciclo refleja la complejidad de la política peruana en las últimas décadas, marcada por la búsqueda de estabilidad en medio de desafíos institucionales, sociales y judiciales.