La campaña de invierno de 2023 concluyó en la mayor producción histórica de sorgo con 1.600.000 TN, y también de soya alcanzando 852.490 TN, siendo evidente la incidencia del fenómeno de El Niño, sinónimo de altas temperaturas, sin la afectación de heladas, y lluvias que se precipitaron principalmente durante el primer semestre del año pasado, informó el agro meteorólogo Luis Alberto Alpire.
Este evento climático, que se manifiesta entre 2 y 7 años, lo oficializó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el 4 julio del pasado año, con su vigencia durante el segundo semestre del 2023 hasta marzo de 2024, coincidiendo con los 9 meses que dura el efecto de El Niño. Esta misma institución, con sede en Ginebra-Suiza, estimó que entre el trimestre de abril a junio ingresaría en fase neutra con un 80% de probabilidades, reflejándose en hechos con lluvias que se dieron desde febrero (cálido-moderado) hasta abril, y en marzo como cálido-débil.
Se puede concluir que este invierno será más frío que el 2023, implicando asumir medidas preventivas para proteger la producción, sobre todo en los Valles y Cordillera donde generalmente siembran cultivos intensivos, de eventuales heladas como nevadas, aplicando fertilizante foliar potásico para fortalecer la planta, previo a la disminución de las temperaturas, y aprontar los sistemas de riego por aspersión como método eficaz para mitigar los efectos altamente nocivos sobre todo de las heladas.
En cuanto a la presencia del fenómeno La Niña con bajas temperaturas, fruto del enfriamiento de las aguas del Pacifico Ecuatorial, agudizaría aún más el invierno próximo. Los pronósticos apuntan, según estimaciones oficiales, a su ocurrencia en la primavera o el verano, no incidiendo, por tanto, en la estación más fría del año.