Por Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas
Según el gobierno solo representa el 19,6% del PIB nominal 2024, y que la deuda pública total es el 46% del mismo. Lo cual es cuestionable, inclusive con la misma información gubernamental ya que a junio 2024, el crédito bruto concedido por el BCB al sector público fue de $us. 20.108.170.982, solo este dato parcial ya representa el 40% de nuestro PIB.
Sin embargo, en base al último informe de la economía boliviana del FMI, pude estimar que la deuda pública total de Bolivia en el 2024 fue de $us. 43.173 millones, de la cual el 69% aproximadamente fue deuda interna. La cual crecio extraordinariamente para financiar el déficit fiscal, sobre todo corriente, ante la limitación de la deuda externa, incluso por temas políticos, por creditos no aprobados por la ALP. Se recalca que si bien estos préstamos son importantes, no resuelven la crisis ni la situación muy complicada en nuestra economía, ya que estos deberían canalizarse a inversión pública, pero al parecer se van a gasto estatal de corto plazo como subvenciones y servicio de deuda.
Análisis
Romero sostiene que el endeudamiento interno superó con creces la deuda externa, reflejando una incapacidad del Estado para generar ingresos propios suficientes.
Para el economista, el principal factor detrás de esta crisis es la caída de los ingresos por exportación de materias primas, especialmente hidrocarburos, lo que ha obligado al Gobierno central a recurrir a un endeudamiento cada vez mayor para financiar el gasto público.
“Los organismos internacionales han ido cerrando paulatinamente el financiamiento externo debido a la falta de políticas de ajuste y problemas en las reservas internacionales”, indicó.
El economista alertó que esta estrategia de financiamiento es riesgosa porque la deuda se está utilizando para gastos corrientes como salarios, importación de carburantes y pago del servicio de la deuda, en lugar de destinarse a inversiones productivas.
“Endeudarse no es malo en sí, el problema es en qué se gasta lo prestado. Si solo se usa para cubrir déficits, la economía se vuelve menos eficiente y crece menos”, afirmó Romero.
Siguiendo su análisis, sostuvo, que actual el modelo económico generó un proceso de estancamiento que, combinado con presiones inflacionarias, podría llevar al país a una crisis más profunda.
Romero plantea un cambio en el modelo económico y político, acompañado de nuevas normas institucionales que permitan atraer inversión extranjera y generar ingresos genuinos.
El experto enfatizó la necesidad de transparencia en la información sobre la deuda pública. “No hay datos exactos ni actualizados sobre la deuda interna. Lo ideal sería que estos sean de acceso público para una mejor gestión económica”, concluyó.
Se oculta información
El exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB) José Gabriel Espinoza, dijo que este aumento sin precedentes plantea serios riesgos para la estabilidad económica del país, más aún cuando la información es reducida y solo abarca el primer semestre de 2024.
El exdirector explicó que la falta de información sobre el segundo semestre del año sugiere que el gobierno está ocultando el verdadero monto del financiamiento recibido del BCB.
“El informe de política monetaria publicado la semana pasada no muestra por ningún lado el crédito interno neto a diciembre de 2024, lo cual indica que el gobierno está preocupado por la gran cantidad de dinero que tomó prestado,” agregó.
Según Espinoza, si la tendencia del primer semestre de 2024 se mantiene, el monto total podría ser aún mayor, lo que contribuiría a un aumento de la inflación debido a la emisión de dinero por parte del BCB.
“El financiamiento monetario del déficit fiscal siempre termina en inflación,” advirtió Espinoza, señalando que el incremento de precios en Bolivia no solo responde a la especulación o la escasez, sino también a la política de endeudamiento interno.
Agregó “que desde octubre de 2023, el Ministerio de Economía no publica información del crédito interno neto ni los flujos de caja del TGN, ocultando datos clave sobre endeudamiento y gasto público”.
Para él, esta opacidad dificulta evaluar con precisión el impacto del financiamiento interno en la economía y los riesgos a futuro.
Ante la pregunta sobre cómo revertir esta tendencia, Espinoza fue tajante: “Cambiando la política económica, y si no se quiere cambiar la política económica, cambiando al Gobierno.”
En su opinión, sin un ajuste en el gasto público, especialmente en subsidios y gastos corrientes, la inflación y la devaluación de la moneda seguirán agravándose.
“Mientras el gobierno siga financiándose con el Banco Central, la cantidad de bolivianos en circulación aumentará, debilitando la moneda y elevando los precios”, señaló.
Bloqueo Legislativo
En respuesta a un cuestionario enviado por EL DEBER, el Ministerio de Economía y Finanzas desde esta cartera de estado justificaron el nivel de endeudamiento interno del Estado y la sostenibilidad de esta deuda.
Según datos proporcionados por este ministerio, a fines de 2024 la deuda pública interna consolidada del Tesoro General de la Nación (TGN) representa el 19,6% del Producto Interno Bruto (PIB) estimado para ese año.
Entre los principales acreedores se encuentran la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo (anteriormente Administradoras de Fondos de Pensiones – AFP), entidades financieras, agencias colocadoras y personas naturales, promoviendo la democratización del acceso a instrumentos financieros.
El Ministerio de Economía señala que el incremento en el endeudamiento interno responde a la falta de aprobación de créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). A fines de diciembre de 2024, estos créditos sumaban aproximadamente $us 1.667 millones, recursos que no pudieron materializarse debido a su paralización en la ALP.
Ante esta situación, el Gobierno optó por recurrir a financiación interna para cubrir el déficit.
No obstante, Espinoza sostiene que gran parte de los créditos externos están destinados a la inversión pública, la cual ha sido descuidada en favor del gasto corriente, particularmente en subsidios a los hidrocarburos. “La falta de ejecución de inversión pública en 2023 y 2024 refuerza este argumento”, dijo el experto.
Los recursos provenientes del endeudamiento interno han sido utilizados para el cumplimiento de obligaciones establecidas en el Presupuesto General del Estado (PGE), de acuerdo con la normativa vigente.
En cuanto a las obligaciones de pago, el Gobierno asegura que “viene cumpliendo puntualmente tanto con la deuda interna como con la deuda externa”.
Finalmente, el Ministerio de Economía enfatiza que la deuda interna del TGN, que representa el 19,6% del PIB, mantiene un ratio de solvencia aceptable dentro de la política de endeudamiento público. Asimismo, se señala que se gestiona la cartera de deuda con el objetivo de mantener un equilibrio en su composición y reducir riesgos financieros.
Además, en entrevista con medios nacionales, el ministro de Economía y Finanzas, Marcelo Montenegro, señaló el endeudamiento interno y externa llega hasta un 46% del PIB.
La autoridad respondió de esta forma a un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que señalaba el nivel de endeudamiento del país llegaba hasta el 83% del PIB nacional. “La forma en la que el FMI agrega la deuda interna y externa, no es correcta”, dijo.