La demanda y la producción sin precedentes de cocaína y la aparición de potentes opioides sintéticos están agravando el problema de las drogas, provocando un aumento de los trastornos por consumo, la violencia y los daños ambientales, según el Informe Mundial sobre las Drogasv presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
En 2022, se produjo una nueva cifra récord de 2757 toneladas de cocaína, lo que representa un aumento del 20% respecto a 2021 y el triple de los volúmenes de 2013 y 2014. El cultivo mundial de arbusto de coca aumentó 12% entre 2021 y 2022, hasta alcanzar las 355.000 hectáreas.
El auge de la oferta y demanda de la cocaína, gracias a su abaratamiento, ha provocado una escalada de violencia en los estados a lo largo de la cadena de suministro, principalmente en Ecuador y los países del Caribe, y más problemas de salud en los países de destino, incluidos los de Europa Occidental y Central.
La cocaína llega a todo el mundo: más de un 90% de los países han hecho incautaciones que, en total, están en niveles récord de 2000 toneladas.
Ecuador ha sido testigo de una ola de violencia en los últimos años vinculada tanto a grupos delictivos locales como transnacionales, sobre todo de México y los países balcánicos. Las incautaciones de cocaína y las tasas de homicidio se quintuplicaron entre 2019 y 2022 y las cifras más altas se dieron en las zonas costeras utilizadas para el tráfico de la droga hacia América del Norte y Europa.
En el Caribe, los aumentos en las incautaciones de cocaína también fueron en paralelo con un aumento de los homicidios, en gran parte debido a la creciente competencia entre las bandas criminales por los mercados de drogas.
Mientras que el consumo en Estados Unidos parece estar cayendo, en Europa ha aumentado un 80% desde el 2011, según los análisis de aguas residuales.