El 8 de noviembre será la posesión del nuevo gobierno, un proceso electoral distinto después de casi 20 años.
El resultado del 17 de agosto no estuvo previsto por ninguna encuesta ni analista, quizás por no haber tomado en cuenta el voto que representa “lo nacional popular” y el voto rural, que estaban buscando una opción ante la fragmentación MAS y, si bien, se veía venir el crecimiento de Rodrigo Paz, esto sorprendió a todos, creo que incluso a Paz y al PDC. Como muestra de esto, ganó en departamentos donde no tiene candidatos al parlamento.
Ahora, a dos meses de la segunda vuelta y con sólo dos opciones, la campaña de Tuto Quiroga más estructurada pero que no logró penetrar en lo “popular” y la de Rodrigo Paz, basada en el desencanto y en la búsqueda de esperanza. Este resultado implica varios retos antes de la posesión y después de esta.
Bolivia hoy demanda respuestas y soluciones a la crisis que hoy ya no puede calificarse como política. Hoy tenemos filas por combustible en la ciudades, en el área rural son de cientos de camiones y tractores, que afectan a todo el aparato productivo. La cadena productiva puede y está seriamente comprometida, por no poder sembrar, cosechar en tiempo. La industria no puede realizar el acopio de productos, la distribución es otro problema, asimismo la construcción debe detener o ralentizar sus actividades, en minería pasa lo mismo y los exportadores están paralizados por que sus camiones no tienen el combustible para llegar a puerto o al país de destino.
Todos los sectores se ralentizan y disminuyen su actividad, producen o comercializan menos. Esta menor producción implica menor empleo y esto también se ve en menor consumo y un incremento de precios que pagan los bolivianos.
Adicionalmente, la escasez de divisas estrangula a todo el sector formal. Al principio de esta escasez, la variación del tipo de cambio o el incremento de este se denominó como “comisión bancaria”. Se detuvo a librecambistas y se realizó una serie de controles y disposiciones desde la autoridad del área, tratando de controlar la demanda.
Hoy hablamos libremente de mercado negro, dólar blue y aparecieron una serie de links y notas en las que nos dan el “Tipo de cambio paralelo”. Esta variación cambiaria disminuyó la importación de muchos productos por el elevado costo que se tiene después de pagar aranceles e impuestos. Ya vemos la ausencia de varios productos en distintos sectores, el privado formal después de incrementos salariales no consensuados y desmedidos más el tipo de cambio que ya duplicó al valor oficial. No quedó otro camino que el de transferir ese nuevo costo al consumidor final.
Estos dos problemas fueron parte de la propuesta de los 9 candidatos. La coincidencia es que se debe quitar la subvención desde una propuesta parcial hasta terminar con la subvención totalmente. Estas medidas deberán ser evaluadas y decididas una vez sean gobierno.
¿Cómo subimos las reservas? ¿Cómo garantizamos la provisión de combustible? ¿Cómo detenemos la inflación? Estas medidas deberán ser de orden económico y político. El nuevo gobierno debe estar consciente que su función será la de gobernar, no será un gobierno de alta aceptación o de orden popular, las medidas serán impopulares, deberán estar conscientes que las medidas que deberán ejecutar generarán reacción y reclamo.
Como bolivianos, esperamos definidamente que los tres más votados dejen a un lado el ego, el interés personal por el bienestar de 11,5 millones de bolivianos, después del 17 de agosto estos tienen la obligación de garantizar la gobernabilidad. Este es el primer reto que deberán enfrentar.
Hace casi 20 anos que no existe cambio de gobierno, se deberá encontrar y capacitar a partidarios y profesionales para la gobernanza de las instituciones. Eso es dominar la normativa legal, procesos y otros, propios del sector público. Luego de la elección se deberán designar ministros, viceministros, directores, autoridades de regulación y otros. El gran reto para el nuevo gobernante, es que en pocos días deberá posesionar nuevas autoridades, un reto enorme, por esto es que la el consenso entre los tres debe ser una labor prioritaria.
La ruta crítica no termina con designar el redactar leyes, decretos, resoluciones ministeriales, eso tomará un tiempo, este tiempo será vital para encaminar la reactivación y el desarrollo económico.
Los tres más votados deberían generar condiciones y acuerdos para preparar una transición ordenada con el gobierno saliente. Este proceso será determinante para el éxito del próximo gobierno. Debe entenderse que el objetivo será el de contar con información para la toma de decisiones y de reducir el tiempo para consensuar y promulgar todas las medidas que consideren necesarias para cumplir con su propuesta de gobierno.
Esperamos que las tres partes nos muestren que sobre la ideología y la política está la visión de país, está la madurez y la responsabilidad con los bolivianos.
¡Esperamos una transición adelantada y ordenada, es el clamor de Bolivia!