Conductores del transporte pesado y público bloquean este miércoles calles y carreteras principales en Santa Cruz, la mayor región de Bolivia, y en otras ciudades del país ante la falta de combustible que afecta a la población desde hace meses y pese al anuncio del Gobierno de que en 10 días, a partir hoy, se normalizará la provisión de diésel y gasolina.
Los transportistas de camiones, que llevan alimentos y otros productos de Santa Cruz a otras regiones del país andino, esperan diésel desde hace 20 días, sin embargo, el combustible no ha llegado con regularidad a las estaciones de servicio.
Los manifestantes cerraron la carretera antigua hacia la región central de Cochabamba, en el kilómetro 14, y, por otro lado, también cortaron la ruta nueva cerca de la población de Portachuelos, por lo que no hay paso hacia el occidente del país.
"La situación ya es insostenible, no podemos esperar más, nos estamos perjudicando en nuestro trabajo desde hace más de 20 días", dijo un transportista a medios bolivianos.
La escasez de combustible es un problema que se mantiene hace meses en Bolivia, agravado estas últimas semanas debido a los bloqueos de carreteras que realizaron seguidores del expresidente Evo Morales (2006-2019) durante 24 días principalmente en el centro del país, en protesta por, entre otros, las investigaciones judiciales en su contra.
La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) anunció que en 10 días, a partir de este miércoles, se normalizará la provisión de diésel y gasolina, no obstante, analistas y diferentes sectores productivos dudan de ese compromiso y sostienen que el combustible no llega debido a la falta de divisas para comprarlo a países vecinos.
En la ciudad de Santa Cruz, los transportistas que hacen fila para cargar diésel decidieron cerrar al menos siete estaciones de servicio, donde también se vende gasolina, como una medida de presión hasta que llegue el diésel que requieren, según constató EFE.
Mientras que en La Paz, sede de Gobierno, los transportistas bloquearon esta jornada calles céntricas de la ciudad ante la falta de diésel, y en la ciudad central de Cochabamba, los conductores utilizaron piedras y tierra para cortar algunas calles próximas a las estaciones de servicio.
El presidente boliviano, Luis Arce, por su parte, pidió paciencia a la población y anunció que se normalizará el abastecimiento de combustible, pero para varios sectores la espera se hace larga y denuncian perjuicios económicos.
En algunos casos, los transportistas llegaron a los golpes en las filas de los surtidores ante la impaciencia por obtener diésel.
Agencia EFE