El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó este domingo que exista una “guerra” contra Chicago, luego de la controversia desatada por una publicación en la que vinculaba a la ciudad con el recién renombrado “Departamento de Guerra”. No obstante, aseguró que su administración seguirá adelante con un plan para “limpiar” las ciudades del país de inmigración ilegal y delincuencia.
“No vamos a ir a la guerra. Vamos a limpiar nuestras ciudades”, declaró Trump a la prensa antes de abordar el avión presidencial con rumbo a Nueva York, donde asistirá a la final del Abierto de Tenis de Estados Unidos.
La publicación que desató críticas
El sábado, el mandatario compartió en Truth Social una imagen inspirada en la película Apocalypse Now, en la que se le ve retratado con sombrero y gafas de sol frente al skyline de Chicago, con helicópteros y llamaradas de fuego. La imagen estaba acompañada del texto: “Me encanta el olor a deportaciones en la mañana… Chicago va a descubrir por qué se llama DEPARTAMENTO DE GUERRA”.
El mensaje generó un aluvión de críticas de líderes demócratas como el gobernador de Illinois, JB Pritzker, quien lo calificó de “amenaza autoritaria”, y del alcalde de Chicago, Brandon Johnson, quien acusó a Trump de intentar “ocupar la ciudad y quebrar la Constitución”. La senadora Tammy Duckworth, veterana de guerra, también lo fustigó diciendo: “Quítate ese sombrero de caballería, evasor del servicio militar. No te ganaste el derecho a usarlo”.
La aclaración de la Casa Blanca
El zar de la frontera de EE.UU., Tom Homan, salió este domingo en defensa del presidente, asegurando que las declaraciones habían sido “sacadas de contexto”. En una entrevista en el programa Estado de la Unión (State of the Union) de CNN, explicó que Trump se refería a una “guerra contra los cárteles criminales, los inmigrantes ilegales y las amenazas a la seguridad pública”, no contra una ciudad estadounidense.
Homan anticipó que el despliegue de la Guardia Nacional en Chicago “podría producirse esta misma semana”, aunque no ofreció más detalles alegando que se trata de información sensible para las fuerzas del orden.
Militarización en expansión
El gobierno federal ya había tomado medidas similares en Washington, D.C., donde Trump invocó el 11 de agosto una disposición legal que le permitió asumir el control de la seguridad de la capital, alegando una “emergencia” por criminalidad. La decisión se mantendrá hasta el 30 de noviembre tras la prórroga ordenada por la Guardia Nacional, pese a que las cifras oficiales muestran que los homicidios se encuentran en su nivel más bajo en tres décadas.
La ciudad de Washington presentó una demanda contra la administración por el despliegue militar, denunciando una intromisión en su autonomía local.
Fuentes de la Casa Blanca señalaron que Trump planea extender la militarización a otras ciudades gobernadas por demócratas, entre ellas Chicago, Nueva Orleans y Baltimore, pese al rechazo frontal de alcaldes y gobernadores.
Un clima político cada vez más tenso
El operativo migratorio en Chicago —respaldado por el envío de personal de Inmigración y Control de Aduanas, así como de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza— se enmarca en una estrategia nacional que busca endurecer la presencia federal en urbes críticas. Funcionarios no descartan ampliar la intervención si se producen protestas o disturbios.