Su nombre es Ulises, como el héroe griego, porque vivió una auténtica odisea. Durante tres días estuvo colgado de los cables de alta tensión que cruzan el puente del Urubó, sobre el río Piraí, en Santa Cruz. Desorientado y en peligro, este pequeño perezoso fue finalmente rescatado este martes gracias a la intervención del equipo de Biodiversidad de la Gobernación cruceña, con el apoyo de la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE), tras un fuerte llamado ciudadano.

Vecinos del Urubó Village fueron los primeros en alertar sobre la presencia del animal, colgado de una torre eléctrica. Testigos indicaron que llevaba varios días atrapado, lo que generó gran preocupación. Se trataba de un ejemplar “Perico”, habitual de las áreas verdes de la zona.

Ambientalistas como Daniela Justiniano, líder de la organización Alas Chiquitanas, se movilizaron de inmediato. Enviaron cartas y mensajes de auxilio, primero a la CRE, y luego a ENDE, entidad a cargo de las líneas donde se encontraba el animal. La confusión sobre a quién correspondía la responsabilidad demoró la respuesta, pero no la voluntad de actuar.

La Gobernación de Santa Cruz informó que su equipo de Rescate de Fauna Silvestre, en coordinación con la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE R.L.), respondió al llamado de emergencia realizado por vecinos del Urubó Village, quienes reportaron que un perezoso se encontraba atrapado en lo alto de una torre de alta tensión y en riesgo de caer.

“Gracias a la rápida intervención de la CRE y a la asistencia técnica veterinaria brindada por nuestro equipo, el animal fue rescatado sano y salvo. Recibió la atención médica necesaria y posteriormente fue trasladado a una zona segura”, escribieron en un post de las redes sociales de la entidad.

“Ulises”, como fue nombrado en honor a su travesía, fue revisado por el equipo veterinario tras ser rescatado y, para alivio de todos, no presentó lesiones. Luego de asegurarse de que estaba en perfecto estado, fue liberado en una zona segura, lejos de postes de luz.

El caso despertó una reflexión colectiva: es necesario prevenir estos hechos. Organizaciones ambientales y vecinos plantean conformar un equipo multidisciplinario que analice medidas de protección para evitar que la fauna silvestre se vea atrapada en estructuras de electrificación.

Las leyes bolivianas —como la Ley N.º 1333 de Medio Ambiente y la Ley N.º 938 de Protección a la Fauna Silvestre— respaldan la obligación de proteger la vida silvestre. También instan a empresas de servicios públicos a establecer mecanismos de atención rápida para este tipo de emergencias.

 “Gracias a todos los que no se rindieron. Ulises —como lo llamamos por la odisea que vivió colgado en los cables— vuelve a la naturaleza, y con él, una valiosa lección: cuando actuamos juntos, protegemos la vida”, expresó Daniela Justiniano, líder de la organización Alas Chiquitanas.