El Gobierno de Luis Arce Catacora reconoció que existen “presiones inflacionarias” que encarecen los precios de alimentos como la cebolla y el tomate en el país, tales como el aumento de precios en países vecinos como Argentina y también las heladas que repercuten en la producción y suministros para la canasta familiar.
El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, aclaró que la inflación en Bolivia es una de las más bajas de la región, pero eso no la exime de absorber las repercusiones que afectan a otros países.
“Por estas presiones inflacionarias los precios suben (…) Estamos teniendo un efecto de inflación importada. Bolivia sigue resaltando por tener una de las inflaciones más bajas de la región, pero la economía boliviana absorbe esas tendencias internacionales”, dijo Cusicanqui.
“Pero también por los fenómenos climáticos como la helada. Es el caso de la producción de tomate y cebolla. Que ha sufrido estos efectos por las complicaciones en el traslado de productos y las plantaciones se han visto afectadas por la helada y eso los medios lo han reflejado”, acotó la autoridad.
Cusicanqui explicó que, ante esta figura, la derecha se aprovecha para replicar ataques especulativos que “intentan encender” la sensación de una crisis económica en el país.
Estabilización de precios
Las metas que persigue el Gobierno para brindar seguridad a la población se enfocan a tres pilares fundamentales. La estabilidad económica, subvención de hidrocarburos y harina; así como llevar adelante ferias del precio justo.
“Estamos enfocados en mantener la estabilidad económica que esta encaminada en función a los esfuerzos que hace el gobierno para brindar estabilidad a las familias del país”, destacó el ministro.
Señaló que por las presiones que sofocan al mundo, muchos países toman medidas para disminuir la inflación. Subiendo sus tasas de interés, un factor que reduce las perspectivas de crecimiento.
El Banco Mundial redujo las expectativas de desarrollo y pronosticó que las de Bolivia llegarán a un 1,4% en 2024.