Luis María “Lucho” Roma confesó en un acta notarial que, de forma sistemática, abusó sexualmente de decenas de niñas indígenas en el municipio de Charagua. Se transformó en un monstruoso violador serial, al parecer, bajo amparo de sus autoridades eclesiásticas, según una investigación del diario El País de Madrid.
Asuntos Centrales habló con Wilder Flores, dirigente de una organización de víctimas de pederastia en la Iglesia católica boliviana. Flores advirtió que “los abusos sexuales cometidos por el cura Lucho Roma no son hechos aislados. Los abusos sexuales de estos sacerdotes eran sistemáticos y tenían protección de las autoridades eclesiásticas”.
“El cura Roma fue un violador serial protegido y amparado por la Compañía de Jesús (Jesuitas)”, denunció.
“Los jesuistas hacen su propia investigación y ellos mismos cierran el caso, eso es un absurdo”, indicó.
“Gracias a la denuncia del diario el país ellos recién reabren los casos”, recordó el dirigente.
“La condición de víctimas no es fácil, cuesta mucho admitir y salir de esa oscuridad”, relató.
En este contexto, flores denunció que, solo en Charagua, “son más de 70 víctimas del cura Luis Roma”
Consultado sobre la decisión de la Compañía de Jesús de reabrir el caso y tomar contacto con las víctimas para resarcir los daños, Flores dijo que “es un cinismo de la Compañía de Jesús de querer contacta a las víctimas”.
“Los Jesuitas solo busca revictimizar y silenciar a las víctimas”, alertó.
“En 20 años no hicieron nada, las víctimas no fueron su preocupación”, destacó.
“Es absurdo que los jesuistas quieran hacerse cargo de las víctimas ahora”, manifestó.