La inflación en Bolivia ha alcanzado cifras alarmantes a septiembre de 2024, con un aumento sin precedentes en la última década, según el análisis de Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, basado en los últimos datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Romero destaca que, comparando los datos de septiembre desde 2014, la inflación de este año es la más alta, superando incluso el periodo de la pandemia de 2020, cuando se registró una deflación del -1%. En septiembre de 2024, la inflación mensual fue notablemente superior a la de otros años, incluida la cifra de 1,36% en 2013 y el 0,80% de 2018.
Además, la inflación acumulada de enero a septiembre de 2024 se ubicó en 5,53%, siendo la más elevada desde 2014, superada solo por el dato de 2013 que alcanzó el 5,65%. En comparación, durante el año de la pandemia, la inflación acumulada fue de apenas 0,45%.
La inflación interanual, de septiembre 2023 a septiembre 2024, también marcó un récord con un 6,18%, comparada con el 7,13% de 2013 y el 0,46% de 2020. Estos indicadores reflejan una tendencia clara de aumento sostenido en los precios de la economía boliviana, tanto en el sector formal como en el informal.
Romero advierte que esta situación ha impactado de manera significativa en el poder adquisitivo de la población. La devaluación de la moneda nacional y la escasez de dólares, junto con la existencia de una divisa paralela más costosa, han elevado el costo de vida. A pesar de los cuestionamientos sobre las estimaciones del INE, los datos reflejan una crisis fiscal, comercial y monetaria que, de no enfrentarse con medidas económicas sostenibles, podría agravarse aún más en lo que resta del 2024.