El obispo auxiliar de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, instó a los actores políticos a calmar los ánimos y dejar de lado los intereses individuales o partidistas, en un momento en el que el país requiere, según sus palabras, “diálogo y reconciliación” para avanzar hacia una convivencia pacífica.
Durante su homilía dominical, Gualberti hizo un llamado a orar y confiar en el “Dios de la paz”, con el propósito de construir una nación basada en “la libertad, la justicia, la verdad y la paz”. Subrayó la importancia de abrir el corazón a los demás, especialmente a los más vulnerables: los pobres, los enfermos y los migrantes, quienes viven muchas veces en condiciones de abandono.
El prelado lamentó que el don de la vida no sea valorado como un bien común y criticó la indiferencia de las instituciones estatales, a quienes señaló como responsables de velar por el respeto a la vida desde su concepción hasta la muerte. Gualberti también advirtió que los pobres son quienes más sufren los efectos de los bloqueos y la violencia, que considera originados “en la angurria de unos cuantos”.
El obispo enfatizó la necesidad de rechazar la violencia en cualquiera de sus formas, alertando que actos como los bloqueos no solo dañan la economía del país, sino que afectan a la población más empobrecida.
Con tono crítico, el obispo cuestionó la ambición de algunos líderes, quienes “han olvidado que la verdadera autoridad debe servir al pueblo”, poniendo sus intereses por encima del bien común. Este mensaje cobra relevancia en un momento en el que Bolivia atraviesa una nueva crisis de confrontación y polarización.