En la misa celebrada este domingo en la Catedral Metropolitana de Santa Cruz, el obispo auxiliar, monseñor Stanislaw Dowlaszewicz, se refirió a distintos aspectos de la realidad nacional en el contexto del bicentenario, haciendo énfasis en los desafíos sociales, económicos y morales que enfrenta el país.
Durante su mensaje, afirmó que muchos de los problemas que afectan a la sociedad —como la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades para los jóvenes— están relacionados con una carencia de visión colectiva:
“Estábamos demasiado preocupados de nosotros mismos, de nuestros partidos políticos, de nuestros grupos, de nuestros sindicatos”
Dowlaszewicz también planteó una reflexión sobre el legado que se está dejando a las nuevas generaciones, cuestionando qué país se entregará a los nietos y bisnietos:
“¿Y qué mundo, qué país, qué patria de bicentenario dejamos a nuestro futuro?”
En otro pasaje, mencionó la persistencia de conflictos internos, divisiones y actos de corrupción, señalando:
“No hemos sido capaces de detener los conflictos internos, odios, divisiones que matan a nuestros hermanos”.
“No hemos sido capaces de detener la corrupción que tanto nos duele. Corrupción por doquier de quienes tienen la obligación de cuidarnos, de velar por el bien común”.
El obispo auxiliar también se refirió a problemáticas como el abandono escolar, la precariedad laboral y las dificultades de acceso a vivienda, señalando que esos “dolores” son visibles en la vida cotidiana y tienen relación con decisiones estructurales.
La homilía concluyó con una cita del Evangelio que, según explicó, invita a una actitud activa en la fe y en la vida comunitaria:
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá”.
La celebración litúrgica fue transmitida por diversos medios de comunicación y coincidió con un contexto nacional marcado por tensión política, dificultades económicas y demandas sociales en distintos sectores.