El mensaje principal fue de calma. Los interlocutores, el presidente Paz y el ministro Espinoza, manejaron un tono de tranquilidad, a pesar de la urgencia de la crisis.
Sobre la meta de reducción del gasto público (30% del PGE), esto es coherente con el mensaje del presidente y el ministro a lo largo de la campaña: recortar el déficit en un aproximado de 5% en relación al PIB. Con estos mensajes, se entiende que el camino es más gradual que de shock, lo cual es riesgoso si no se recupera la fortaleza institucional de la que tendría que gozar el país.
Sobre la eliminación de los impuestos señalados, dicha medida es absolutamente favorable a la libertad económica y a la inversión extranjera, elementos fundamentales para la atracción de divisas.
Como se señaló en un anterior análisis, el PGE 2026 fue realizado por una administración completamente ajena a la realidad boliviana y el presidente Arce debió realizar el PGE 2026 bajo criterios mínimos con las fuerzas que entonces estaban en segunda vuelta. Como no realizó ese trabajo, el PGE 2026 tendrá que verse fuertemente ajustado, lo que tomará tiempo, tiempo que hoy no se tiene. El trabajo técnico-fiscal de 4 meses deberán hacerlo en 4 semanas.
Está claro que el país requiere mayor libertad económica, el gobierno envió señales que necesitan verse aceleradas. Existe una demora en la toma de decisión, por lo que el tiempo y la confianza de la que gozan podrían convertirse en obstáculos si no se actúa con prontitud.
Oportunidades: con el PGE 2026 de vuelta al ejecutivo, se pueden realizar reformas de profundidad, lo que implica un trabajo operativo y de incidencia bastante interesante para las universidades, gobiernos municipales y gobernaciones. Esperemos que todas las instancias reconozcan el valor y la importancia de seguir adelante con las reformas para salir delante de la crisis que dejaron 20 años de gobiernos socialistas del MAS.
Dada la importancia actual de las expectativas, el mensaje debió incluir más minutos en explicitar la herencia del gobierno socialista para que las expectativas de la población no terminen por caer sobre la administración de Paz. Recordemos que los responsables de la crisis son Evo Morales y Luis Arce por querer imponer un modelo económico patético, caduco e insostenible.
Christian Aramayo, economista experto en fortalecimiento institucional
