Bolivia gana dos medallas por su cacao
El Chocoa Festival es un evento internacional en el que este sabroso alimento es el principal protagonista y no solo en lo que respecta a sus degustaciones, sino también a todo tipo de actividades en torno a él.
En este evento, Bolivia se ha llevado dos medallas de plata. En el seno de Chocoa, Feria de Chocolate de Ámsterdam, se celebró el CONCURSO MUNDIAL DEL CHOCOLATE, una de las características más representativas de este festival y concurso es la importancia que se le otorga al cacao sostenible, producido de forma justa y artesanal en sus lugares de origen.
Tal es la concienciación en el país en el que se celebra el evento que el gobierno y las principales empresas han acordado que el cacao sostenible sea el único que esté disponible para el consumo en los Países Bajos a partir del año 2025. Hay que tener en cuenta que, en la actualidad, solo el 20 por ciento de la producción se obtiene de este modo.
El cacao boliviano recibió dos medallas de plata en este campeonato denominado Excellence Awards 2023.
Las medallas de plata fueron entregadas al productor Martín Sipe Gutiérrez de la comunidad Brecha T, del municipio de Alto Beni, en Caranavi; y a la Asociación de Recolectores de Cacao Silvestre Yuracaré (Arcasy), de Cochabamba.
Esta última tiene por objetivo la inclusión de las familias Indígenas Yuracaré en la gestión sostenible de los ecosistemas Agroforestales en la cadena de valor del cacao nativo para generar múltiples beneficios económicos, ambientales y sociales orientados a mercados especiales.
El cacao en Bolivia es de mucha calidad. La superficie existente en su forma silvestre alcanza aproximadamente las 12.000 hectáreas, abarcando principalmente los departamentos de Pando, Beni, Caranavi y zonas del departamento de Santa Cruz. Aun así, de esta superficie, apenas el 40% es aprovechado por las familias campesinas e indígenas.
La producción de cacao en Bolivia se remonta a la época precolonial. La implementación de los sistemas agroforestales con cacao es relativamente reciente, data de hace más de 40 años, cuando en 1961 el Instituto Nacional de Colonización introdujo semillas de cacao híbrido de Ecuador y Trinidad y Tobago en la región de Alto Beni (RIMISP-NZAID-El Ceibo 2007, cit. en Bazoberry y Salazar 2008). Posteriormente, en 1977, la cooperación internacional inició su apoyo a la entonces cooperativa El Ceibo en la región productora más importante de cacao, el Alto Beni; igualmente se impulsó en esos años el cultivo de cacao en el trópico cochabambino. A partir de los años 90 se fue visibilizando la importante producción del departamento del Beni, en una variedad de cacao de origen silvestre.
Paulatinamente se fueron conociendo iniciativas en otros departamentos y regiones como en el trópico cochabambino, en Riberalta, en Urubichá y Ascensión de Guarayos en Santa Cruz, en Carmen del Emero en el norte paceño, y Rurrenabaque, San Ignacio de Moxos y Baures en Beni, entre otros.