En una reciente conferencia en Argentina, el exvicepresidente Álvaro García Linera reflexionó sobre la evolución de la política económica en Bolivia.
Aseguró que, durante su gestión con Evo Morales, el Estado tenía el control de la mitad de las exportaciones, lo que garantizaba un flujo constante de dólares y una mayor estabilidad económica.
Sin embargo, subrayó que actualmente el 70% de las divisas provienen de un pequeño grupo de 25 exportadores privados, quienes mantienen una significativa parte de sus ganancias fuera del país. Ante esta situación, García Linera sugirió que el Estado debería aplicar una estrategia más agresiva con los exportadores, instándolos a invertir sus dólares en Bolivia o enfrentar sanciones.
El exmandatario planteó “agarrar del cuello” a los empresarios para que entreguen sus dólares o, caso contrario, quitarles sus empresas.
Esta declaración surge en el contexto de una crisis económica caracterizada por la escasez de divisas, lo que ha afectado la capacidad de importar productos esenciales, incluidos los combustibles.