El entrenador César Luis Menotti, campeón con la selección de Argentina en el Mundial de fútbol 1978, murió este domingo a los 85 años informa la AFA (Asociación del Fútbol Argentino).
«La Asociación del Fútbol Argentino lamenta informar con enorme tristeza el fallecimiento de César Luis Menotti, actual Director de Selecciones Nacionales y ex técnico Campeón del Mundo de Argentina», sostiene el comunicado de AFA.
El técnico fue el líder de ese seleccionado albiceleste legendario que dio la primera corona del mundo al fútbol argentino, cuando en la final del Mundial de 1978, derrotó a Holanda por 3-1.
Una leyenda argentina
Los capítulos más longevos de la historia del fútbol argentino y las últimas páginas que se imprimieron tienen un rasgo en común: César Luis Menotti fue protagonista en cualquiera de esas épocas con un legado que construyó de muy joven e inmortalizó este domingo, cuando falleció a los 85 años, señala el diario Olé.
La confirmación de la noticia llegó en horas de la tarde por parte de la AFA. "La Asociación del Fútbol Argentino lamenta informar con enorme tristeza el fallecimiento de César Luis Menotti, actual Director de Selecciones Nacionales y ex técnico Campeón del Mundo de @Argentina", escribieron desde Viamonte 1366.
Fue en esas oficinas que el Flaco tuvo su reconocimiento en 2019, unas cuatro décadas después de haberle bordado al escudo la primera estrella mundialista tras el título de 1978, cuando Claudio Tapia le ofreció un cargo que mucho tuvo que ver en los logros que vinieron después.
Aquel estilo "romántico y lírico" se convirtió en la clave que marcó a más de una generación y creó una grieta histórica con Carlos Salvador Bilardo, padre de la segunda gesta. Una disputa que trascendió la línea de cal y no tuvo vuelta atrás, sino que se elevó, incluso, al plano personal.
Lejos de aquel delgado volante que se crió en Fisherton al que se disputaban Rosario Central y Newell's, Menotti atravesó una serie de episodios que deterioraron su salud: a fines de marzo ingresó a la guardia del Sanatorio Agote, ubicada cerca de su vivienda de barrio porteño de Recoleta, por un severo cuadro de anemia que se le complicó por una tromboflebitis. Estuvo consciente y en una sala común, pero se encontraba muy débil y por ese motivo se postergó el alta hasta el 10 de abril.
César solía evitar hasta último momento las visitas a los médicos y eso provocó que terminara hospitalizado. En agosto del año pasado había sufrido un accidente al caerse en su casa, algo que le provocó una hemorragia interna, y también había demorado en recibir atención. Cuando lo hizo, debió quedarse internado durante varios días para poder curarse y ser dado de alta.
Menotti tardó varios años en conocer a uno de los rosarinos por los que tenía debilidad. No era Lionel Scaloni y tampoco Ángel Di María, a quien describió como "el jugador que merece el mismo reconocimiento de los grandes futbolistas". Se trataba de un tal Lionel Messi, ese crack por el que debió esperar hasta 2019 para intercambiar algunas palabras. "No lo conozco", confesó meses antes de ese cónclave. Era, como describió, el quinto rey del fútbol argentino al que le faltaba ver en persona.
Ese año fue especial para el ex DT. Al asumir como director de Selecciones Nacionales, el Flaco se convirtió en un eslabón clave en la creación de la Scaloneta, que dos años más tarde levantó la Copa América y en 2022 sumó otra estrella en Qatar a la que Menotti, obligado por su salud, debió festejar desde su casa.
Su personalidad no le permitió callarse algunas críticas al principio, pero el proyecto no tardó en enamorarlo. No sabía cómo trabajaba el técnico de Pujato cuando Chiqui lo eligió para el puesto: confió, entonces, en la presencia de Aimar.
"Si está Aimar está todo bien. ¿Sabés que Aimar se llama Pablo y su padre le puso César de segundo nombre por mí? Así que imaginate... Sé de dónde viene, cuál es el gusto que heredó. Y además lo conocí como jugador y como persona. Como a Ayala y ahora a Samuel. Fijate cómo es la relación entre ellos. Hablan poco y no dicen boludeces ni venden humo. Todo es medido y cada uno tiene bien definido su rol", le dijo a Tapia. El resto es historia, señala Olé.