La lucha por los derechos humanos no es de exclusividad de ninguna institución en particular, ni de solo de abogados o entendidos en la materia. El proceso histórico de la ruta por los derechos humanos ha sido fundamentalmente político y social. Y los protagonistas fueron líderes y un pueblo que han conquistado las reivindicaciones, que en el caso, de los derechos humanos, la humanidad tuvo que afrontar la terrible segunda guerra mundial, para luego ponerse de acuerdo y de forma colectiva apostar por la vigencia ese documento tan publicitado, tan mencionado, tan mentado y tan presente en los seres humanos que son golpeados por una crisis, una guerra, una matanza.
Es así que el 10 de diciembre de 1948 varios países firmaron la Declaración de la Carta Universal de los Derechos Humanos, mediante la cual se comprometían a hacer prevalecer las normas mínimas de convivencia, bienestar y desarrollo entre sus poblaciones.
Esas normas tenían y tienen que ver con el respeto a la vida, a la libertad, a la salud, a la justicia, a la alimentación, al estudio, al debido proceso, al trabajo, a una jubilación digna, a la paz social, a la no violencia, etc. Un gran paso histórico de los gobiernos por la humanidad.
Bolivia estuvo en esa firma de la Carta de la ONU y a partir de 1948 el Estado boliviano vino implementando una serie de medidas, leyes, creando instituciones para responder al llamado de la ONU. Hasta que llegamos a febrero de 2009, oportunidad en la que los bolivianos aprobamos una nueva Constitución Política del Estado con un amplio abanico de derechos humanos y de responsabilidades para las instituciones del Estado en sus tres niveles, para el sistema educativo, para las familias, para los medios de prensa, para las iglesias, para organizaciones civiles y sociales, y otras instancias.
Bolivia es uno de los países que tiene más leyes de protección y de promoción de los derechos humanos en relación a otros países. Las mujeres, los indígenas, los niños, los adultos mayores, las personas con discapacidad, las personas con VHsida, los obreros, las personas privadas de libertad, la Madre Tierra tienen sus leyes específicas e instituciones encargadas de cumplir y hacerlas cumplir.
De modo, como podrá apreciar mi estimado lector, no podemos quejarnos ni aplazarnos en legislación o normativa sobre derechos humanos, lo que tenemos que hacer es asumir los retos y los riesgos de ejercerlos a plenitud, de gritar por el respeto de cada uno de nuestros derechos aunque al frente encontremos muros, piedras o violentos del poder que se opongan a este proceso de vigencia de los derechos humanos.
Claro, el problema radica en el frágil conocimiento que en general tienen los grupos sociales sobre la importancia del conjunto de las leyes que están vigentes, en la poca campaña de promoción de parte de los gobiernos municipales, departamentales y de otras entidades del Estado para empoderar al ciudadano sobre el poder de los derechos humanos. Es que siempre se le tendrá miedo de que el ciudadano sepa, conozca, ejerza y se movilice por tener un mejor acceso a la salud, a la alimentación, al estudio, a la libertad, a la justicia, al transporte de un lugar a otro, a jornadas laborales estables y sanas, a un medio ambiente sano etc.
Precisamente que este 2025 sea el año de los derechos humanos, pero no esos que declaran con pompas y platillos desde el gobierno o entidades estatales, claro es el año para que en un acto de libertad y de democracia, alcemos nuestras voces y acciones para este proceso de respeto hacia la amplia carta de derechos humanos que tiene la Constitución Política y las más de cien leyes que dicen defender y proteger los derechos de las poblaciones de la Bolivia diversa, plural y luchadora.
Rolando Villena, Defensor del Pueblo durante la gestión del 2010 al 2016, decía que los derechos no son regalos de nadie, ni de prebendas, ni son cosas etéreas que están en el cielo o que no se puedan cumplir, son realidades concretas y anhelos que cada día se deben realizar y plasmar en mejores condiciones de vida para todos y cada uno de los bolivianos que somos parte de la Bolivia plurinacional: “Este día y cada día es para demandar, reclamar y exigir que los derechos dejen de ser enunciados abstractos, ideales etéreos y leyes que no se cumplen y se tornen en realidades comprensibles, exigibles y practicables”.
Pero en esta lucha que cada uno y en comunidad lo debe encarar no esperen que les llueva maná del cielo o que el Estado les facilite y les haga más expedita la ruta de los derechos humanos, no es así. Ojo que existen las leyes, instituciones responsables, competencias y un permanente discurso desde los poderes que “somos un país que está a la vanguardia de los derechos humanos”. Están las condiciones para que seas protagonista, no un simple espectador.
No esperes en la hamaca que los derechos te lleguen en bandeja. Es un permanente ejercicio de libertad, de compromisos, de esfuerzos y de sacrificios que lo debemos encarar desde el lugar, el espacio y la capacidad que tengamos. Es que el ser humano se pone a prueba en las adversidades. Es una apuesta a la valentía, a la participación política, a salir de nuestras modorras y comodidades.
Martin Luther King, el líder de los negros, que lo asesinaron por su lucha de los derechos de su población decía: “La medición máxima de un hombre no es en qué postura está en momentos de comodidad y conveniencia, sino en qué postura está en tiempos de desafío y controversia”.
Convierte estos nuevos 365 días de en hechos de desafíos, contradicciones y de logros por tu dignidad y tu bienestar personal y social.