La victoria del peronismo en las recientes elecciones legislativas de Argentina, ha provocado una serie de reacciones y análisis en Bolivia. Desde el primer mandatario Luis Arce y el expresidente Evo Morales, hasta analistas se han pronunciado sobre el significado de este triunfo.
Líderes de la izquierda boliviana, como Arce y Morales, celebraron la victoria peronista como un rechazo a las “políticas liberales” y un “freno” a la derecha.
Arce sostuvo que el resultado es una reafirmación del pueblo argentino por un modelo de bienestar colectivo y un rechazo a las “recetas de ajuste neoliberal”.
Por su parte, Morales calificó la victoria como un “triunfo del pueblo” y una victoria contra la “proscripción” de Cristina Fernández, señalando que los “liderazgos verdaderos no se extinguen”.
El excandidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo Del Castillo, también se unió a la celebración, advirtiendo a quienes en Bolivia creen que el MAS está “muerto”; refiriéndose a que el partido volverá “más fuerte que nunca”.
El analista Gonzalo Chávez se refirió a la derrota de los “Mileitos locales”, y afirmó que la lección de Argentina es que no se gobierna con “dogmas de catecismo ni gritos de feria”. Chávez concluyó que “el populismo de izquierda no está muerto, tan solo está de parranda” y que su derrota requiere unidad y pragmatismo de la oposición.
Por su parte, el analista Mauricio Ríos García destacó el reconocimiento de la derrota por parte de los perdedores, lo que calificó como algo que “no se ve todos los días en política”, sugiriendo un enfoque en la autocrítica y la reafirmación con el rumbo de la política económica.
Susana Bejarano, ex candidata a senadora por Alianza Popular y analista política, celebró el resultado, señalando en sus redes sociales que “Argentina dio la talla, frenó a la motosierra, a la alta coimera” y a la “retórica vacía en contra de la gente”. Bejarano destacó que el peronismo “ganó en barrios donde no ganaba desde inicios del 2000” y concluyó que “votar sirve”.