El río Paraguay marcó este lunes un nuevo récord en el descenso de su caudal a la altura de Asunción, la capital paraguaya y donde funciona el principal puerto del país, cuando se pronostican escasas lluvias en su naciente y las autoridades han llamado a proteger los ecosistemas y la biodiversidad acuática.
Según la Dirección de Meteorología e Hidrología, el nivel del río marcaba en la capital paraguaya -1,24 metros frente a su nivel normal, 7 centímetros menos que este domingo.
Las aguas se ubicaban el 1 de septiembre de este año en -0,52 metros.
Este río nace en el Pantanal, un humedal que comparten Brasil, Bolivia y Paraguay; atraviesa territorio boliviano y desemboca en el río Paraná, en el sur paraguayo.
El titular de la Dirección de Meteorología e Hidrología, Eduardo Mingo, declaró a la radio ABC Cardinal que el río marcó este lunes un “hito histórico de bajante”.
Mingo aseguró que los registros muestran “cero” lluvias caídas en estos días.
No obstante, indicó que en los primeros diez días de octubre puede ocurrir “algún evento” que traería lluvias a la zona este de Bolivia y la parte brasileña del pantanal, pero aclaró que no se daría “a muy corto plazo”.
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) llamó, en un comunicado, a “extremar las precauciones a fin de proteger los ecosistemas y la biodiversidad acuática”.
En ese sentido, alertó que la navegabilidad de los ríos “es crucial para el desarrollo socioeconómico” de Paraguay, que es un país mediterráneo y cuyo comercio depende del transporte fluvial.
Además de Asunción, ese despacho mencionó que los puertos de Villeta, Itá Enramada, Antequera, Rosario, Concepción, así como Ladario y La Margarita, en la frontera con Brasil, “muestran descensos significativos” del cauce.
El director general de Recursos Hídricos del Mades, David Fariña, se refirió, por su parte, a los efectos sobre los peces.
“Los bajos niveles de agua aumentan la competencia por el oxígeno y las altas temperaturas del ambiente puede calentar las aguas de los cauces pudiendo generar más estrés y daño a la fauna íctica, pudiendo causar mortandad de peces”, dijo.
El Mades pidió a las instituciones y sectores que planteen “estrategias para minimizar los impactos” de este fenómeno y consideró “fundamental reducir el uso de agua de manera responsable”.
Agencia EFE