La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN) anticipó que el sector bancario orientará la gestión 2024 bajo cánones de prudencia y de estabilidad. La entidad reconoció la reducción en casi 30% en los depósitos en dólares y alerta que la demanda de esa divisa persiste, por lo que se requieren más medidas para aumentar el flujo de la moneda estadounidense en el país.
A través de un comunicado al que tuvo acceso Asuntos Centrales, la entidad matriz de la banca privada aseguró que el sector “continuó mostrando resiliencia en un contexto altamente desafiante durante 2023”.
Por ello, para 2024, “mantendrá su orientación prudencial, garantizando así la estabilidad y sostenibilidad”.
La gestión 2023 se caracterizó por la sucesión de algunos eventos que determinaron que los resultados sectoriales se vean afectados, básicamente: intervención del ex Banco Fassil S.A. a fines de abril y aumento de la demanda de dólares por parte del público desde mediados de febrero.
Ante estos eventos, el sector bancario adoptó oportunamente medidas prudenciales que continúan permitiendo registrar indicadores que denotan fortaleza y solvencia, señala el comunicado.
A diciembre de 2023, la cartera de créditos alcanzó a $us27.929 millones, registrando una contracción de 1,1% ($us306 millones) en relación a 2022.
Este resultado respondió básicamente a la intervención del ex Banco Fassil S.A. del que aproximadamente 50% de su cartera de créditos fue traspasada a nueve entidades bancarias; en tanto, el resto pasó a formar parte un Fideicomiso administrado por el Banco Unión S.A. Un análisis por entidad, relativizando el impacto de la salida de un banco, revela crecimiento en la cartera de créditos.
Respecto a la calidad de la cartera, el indicador de mora se situó en 2,9%, en particular por el incremento de la cartera en mora reprogramada que, principalmente, resulta de las operaciones crediticias que después del conjunto de medidas adoptadas desde la pandemia por COVID-19 no pudieron recuperarse.
En general, el indicador de morosidad de la cartera se mantuvo en niveles reducidos, aunque su tendencia a incrementarse debe considerarse; en 2023 el saldo de cartera en mora en el sector bancario creció 32%.
Por tipo de crédito, el sector empresarial, de gran relevancia en la cartera destinada a sectores productivos, mantuvo el menor índice de morosidad al interior del total de la cartera de créditos, aunque en todos los tipos de crédito se observó incremento.
Por sector y considerando la incidencia de algunos de ellos, construcción, servicios inmobiliarios y comercio, registraron los mayores índices de morosidad. Ante este contexto, en un marco de gestión prudencial de las entidades bancarias, los indicadores de cobertura de la mora a diciembre de 2023 se situaron en 1,7 veces, como resultado del crecimiento de las previsiones específicas, indicó ASOBAN.
En cuanto a los depósitos del público en el sistema bancario, a diciembre de 2023 alcanzaron a $us29.651 millones, registrando una caída de $us811 millones; es decir, retrocedieron 2,7%.
Parte de esta caída resultó de la intervención del ex Banco Fassil S.A., toda vez que una parte de los depósitos fueron traspasados al Fideicomiso, en una proporción equivalente a la cartera traspasada.
A su vez, la contracción de los depósitos se originó a raíz de la mayor demanda de dólares del público, hecho que redujo el saldo de depósitos en dólares en 29%.
Los depósitos del público en dólares pasaron de $us4.132 millones en 2022 a $us2.946 millones en 2023, lo que evidencia el esfuerzo de la Banca en la devolución de $us1.186 millones; caída que derivó en un aumento de la proporción de depósitos en moneda nacional de 3,6 puntos porcentuales, situándose en 90,1% del total hacia finales de 2023.
Ante la mayor demanda de moneda extranjera y la gradual reducción de provisión del BCB, mediante devolución de los excedentes de encaje legal en esa denominación, las entidades bancarias optaron por atender la demanda de forma ordenada, priorizando el retiro de depósitos constituidos en moneda extranjera por los clientes.
“En ese sentido, a pesar del contexto, a diciembre de 2023 los bancos mantuvieron niveles razonables de liquidez en moneda extranjera, tanto en bóvedas como en bancos corresponsales, por $us323 millones y $us144 millones, respectivamente; recursos cuyo objetivo es atender a los clientes”, aseguró Nelson Villalobos, Secretarios Ejecutivo de ASOBAN.
La demanda de dólares del público persiste y el país requiere contar con un mayor flujo de divisas, por lo que desde el sector bancario se considera importante la adopción de medidas, como las comunicadas por voceros del Gobierno en los últimos días, a raíz del “Acuerdo Económico, Productivo y Empresarial entre el Gobierno Nacional y el Empresariado Boliviano”, y se espera que con estas medidas se logren los efectos deseados, en un contexto altamente desafiante para el país.
De las 10 medidas adoptadas, todas ellas de conocimiento público, una se relaciona directamente con el sector bancario, estableciendo una banda para el cobro de comisiones sobre transferencias y giros al exterior, que fue fijada entre 5% y 10%.
Si bien las medidas no resuelven de manera inmediata el problema de cantidad de dólares, para el país es importante que las medidas orientadas a atraer mayor volumen de divisas sean efectivas.
En el caso de la regulación de comisiones por transferencias al exterior, busca incidir a la baja en el precio de la divisa que obtienen los bancos en el exterior. El sector, por su parte, espera contar con una mayor oferta de dólares por parte de los exportadores. El objetivo del sector bancario es aportar a dar continuidad a la cadena de pagos, atendiendo la demanda de los clientes y, en particular, de los importadores. “Por todo lo expuesto y en perspectiva, el escenario se mantiene desafiante y el desempeño del sector estará condicionado por los resultados macroeconómicos.
El sector bancario continuará enmarcando sus actividades en la prudencialidad, protegiendo el ahorro de los depositantes y aportando al crecimiento del país a través del crédito bajo criterios de demanda calificada que garanticen que el indicador de morosidad no se incremente sustancialmente.
Para 2024, profundizar en el diálogo con el sector público continuará siendo una prioridad, toda vez que la regulación al sector continúa respondiendo a un contexto macroeconómico distinto y requiere revisión, para así aportar con mayor efectividad al crecimiento del país y la estabilidad y sostenibilidad del sector”, concluyó Villalobos.