El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó este jueves que la inflación acumulada en Bolivia alcanzó el 9,81% hasta mayo de 2025. Según detalló el director ejecutivo de la institución, Humberto Arandia, la variación mensual registrada fue de 3,65%, impulsada por una serie de factores estructurales y coyunturales.
Durante una conferencia de prensa, Arandia explicó que el alza en los precios se debe a una combinación de elementos, entre ellos dificultades logísticas vinculadas al abastecimiento de carburantes, fenómenos climáticos que afectaron la producción, y la salida ilegal de productos como carne y pollo a través del contrabando a la inversa.
Entre los productos con mayor incidencia en el índice inflacionario destacan la carne de res sin hueso, el almuerzo, las bebidas gaseosas y el pollo. En el caso específico del pollo, se observó un aumento de precios en las principales ciudades del país, alcanzando picos similares a los de marzo, y continuando su tendencia al alza en los primeros días de junio.
El director del INE indicó que parte del incremento en el precio del pollo se debe al margen elevado aplicado por los comercializadores minoristas, lo que responde, según señaló, a un fenómeno de especulación. Este comportamiento se habría visto influenciado por los bloqueos registrados desde mediados de mayo y el consiguiente efecto en la cadena de suministro.
Respecto a la carne de res, el incremento fue más marcado en cortes especiales como la pulpa, afectando a los consumidores en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Se espera que, según Arandia, las medidas del Ministerio del ramo contribuyan a estabilizar estos precios en los próximos días.
En cuanto al comportamiento del tomate, se registró una reducción de precios atribuida a una mejor producción en meses anteriores, a diferencia de la cebolla, cuyo aumento es considerado estacional debido al invierno.
Finalmente, el titular del INE señaló que los niveles actuales de inflación reflejan una situación compleja, influida por múltiples factores, y caracterizó el comportamiento de mayo como “típico” de esta época del año en términos de presión sobre los precios.